Fundación Cristo Sacerdote nace de la exhortación de su Santidad Juan Pablo II, en su visita a México, de apoyar a los sacerdotes de las diócesis más necesitadas de México.
SS Juan Pablo II explicaba que el ministerio Petrino tiene como propósito procurar el bien de la Iglesia y de los fieles, y que todo bautizado debe participar en la misión apostólica y evangelizadora de Cristo.
Por ello, Fundación Cristo Sacerdote tomó la iniciativa en la labor de dar auxilio a los Sacerdotes Diocesanos, presencia viva de Cristo y de la Iglesia, y cuyo liderazgo e influencia dentro de las comunidades a las que sirven y atienden son los instrumentos más eficaces con los que cuenta la Iglesia para implementar los mandatos cristianos elementales.
En nuestro país y en el mundo entero existen numerosos grupos de Sacerdotes Diocesanos trabajando en entornos adversos, con graves carencias y limitaciones tanto materiales como humanas. Y es la Iglesia, particularmente su parte seglar, la que está llamada a atender dichas carencias.
Tal es la razón por la que, en 1994, un grupo de personas se unió para hacerse eco del llamado de SS Juan Pablo II de una manera formal y comprometida, y creó Fundación Cristo Sacerdote.
Actualmente, asistimos a las veinte Diócesis más pobres de México, y aunque nuestro compromiso se encuentra enfocado en ellas, no perdemos la esperanza de poder apoyar a las demás Diócesis hermanas que trabajan en México y América Latina. Estamos convencidos de que, con la unión de todos los hermanos y la gracia de Jesús nuestro Señor, podemos dar alivio a todo aquel que lo necesite.